El mundo te pertenece
Desde tu torre lo observas
Sin miedo a la muerte
Emperador del Sol
Viajas en un carro de estrellas
Amantes de la Luna
Sumo sacerdote de la justicia
Tu templanza y tu fuerza
Hasta el diablo las envidia
Eres, sin embargo, solo un pobre ermitaño
Sin emperatriz ni sacerdotisa
Colgado de la rueda de la fortuna
Apenas aprendiz de mago
Que tiembla ante el juicio final
Otro loco
Nada más
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